Reflexiones

CERVANTES Y LA LIBERTAD... DE CREACIÓN

30 de septiembre,2025

                                                                                                     Tony Johannot. Banco de Imágemnes del Quijote, 1605-1915

Cojo prestado el título a Luis Rosales. Hoy seré entrevistados dos veces sobre la sexualidad de Cervantes. Es lo que tiene ser cervantista en provincias. En fin, algo me apetece decir;  o algos, que diría Sancho. Hablaré sobre El Cautivo, de Alejandrro Amenábar, pero también acerca de Cervantes íntimo, el ensayo que ha publicado José Manuel Lucía, quien además ha sido el asesor del filme.  ¿Un director de cine tiene derecho a recrear su hipótesis sobre una relación homosexual de Cervantes con el rey de Argel? Lo tiene, como lo tuvo Unamuno para reescribir el Quijote y para afirmar que Cervantes no había entendido al caballero andante, a quien además considera muy superior a su creador. Libertad. Siempre he creído que el escritor vasco estaba explicando -y explicándose- con humor unamoniano, que solo cabe juzgar por los resultados. ¿ No es una genialidad afirmar que a los españoles solo nos salvará como pueblo salir todos juntos, en peregrinación, a buscar la tumba de don Quijote? Sí, libertad… más resultados.  Ramón J. Sender plasmó con genialidad a una Catalina que se iba metamorfoseando en gallina. Recuerdo haber leído a un filólogo el reproche de que en la película El hombre de La Mancha  Dulcinea fuese interpretada por una de las mujeres más bellas del mudo: Sophia Loren. ¿Y qué? La italiana nos ofreció una interpretación maravillosa. Libertad, con resultados. ¿Nos parece mal que Amenábar muestre une relación homosexual del gran manco de Lepanto pero aceptamos que Antonio Saura ilustre el Quijote y convierta en monstruos expresionistas a cada personajes? Su resultado fue también maravilloso.  El problema para algunos es la homosexualidad en sí misma, no estarían tan indignados si Amenábar nos hubiera contado que Cervantes había dejado embarazadas a todas las hijas del rey, aunque no las tuviese.  Libertad, más resultados.

“El cautivo” no se puede ver como si fuese una serie histórica de la BBC. Otras son sus excelencias, otras sus intenciones, otro sus diálogos con otras obras artísticas. Es legítimo que haya a quienes no les guste la película; no lo es que se la demonice por cuestiones extracinematográficas o extrabiográficas. Los resultados artísticos -y los éticos- son excelentes. Además..,.¿también tienen derecho a indignarse quienes hasta ayer ignoraban que estuvo cinco años preso en Argel?  

Y de todo esto espero hablar hoy martes en dichas dos entrevistas, la primera en Es Radio, a las 12,30 de la mañana, y la segunda, por la tarde, en 9 Televisión, en el programa de Ángeles Zapata, ignoro si será e

en directo o en diferido.

Ah, y el viernes 7 de octubre, moderaré el coloquio, en el Centro de Día II, a las 11,30, organizado por la Gerencia de Servicios Sociales y por la Universidad de la Experiencia.

RECORDANDO A RICOTE

Mosaico de Pilar Garçía Millán.

Junto a uno de muchos mosaicos que en Frigiliana, Málaga, explican la cruenta represión contra los mudejares, que provocó su negativa a renunciar su fe y sus costumbres. Aunque el tema sea complejo, podemos simplificarlo: sin tolerancia, todo termina en guerra y en tragedia.La revuelta provocó brutales enfrentamientos, con miles de muertos por ambos lados. En esta localidad, madres moriscas se arrojaron con su hijos por un peñon, para no ser apresadas. Recorrriendo el pueblo en compañia de James Iffalnd fue inevitable acordarnos del morisco Ricote, uno de los personajes más entrañables del Quijote de 1615, y de su encuentro fortuito y secreto con Sancho, tras la expulsión. No hay consenso entre los especialistas acerca de cuál es el posicionamiento de Cervantes sobre al expulsión de los moriscos, pues obras y personajes admiten distintas interpretaciones. Hay que tener máxima prudencia para no confundir autor y narrador, aunque a veces puedan fundirse. Algunos investigadores creen que participó como soldado en la Guerra de las Alpujarras. En Frigiliana, sus montañas saben Historia y el pueblo sobrecoge con su belleza de cal cristiana y mudejar. En mi biblioteca personal no tengo muchos libros sobre el tema pero selecciono tres: "Moros, morisco y turcos de Cervantes", de Márzquez Villanueva, " Cervantes y la barbería" , de Emilio Sola,  y una de las joyas: "Vida religiosa de los moriscos",  de Julio Longás, publicación de 1915,  a cargo de la Junta de Ampliación de Estudios. Aunqque no me detuve, también me emocionó contemplar el mar que -en Velez Málaga- "devolvió" a Cervantes a su patria, tras su cautiverio en Argel..

12 APOSTILLAS A MI RESEÑA DE "EL CAUTIVO"

                    Domingo 14 de septiembre

1/Te puede gustar la película “El cautivo” y no ser gay.

2/ Puedes ser gay y no gustarte la película de Amenábar.

3/Para hablar con un mínimo de solvencia crítica acerca de cualquier película debes antes haberla visto.

4/Las discrepancias son buenas, porque conllevan reflexiones sobre lo discrepado. Pero no se puede discrepar sobre algo que no has visto y proclamas no tener intención de ver.

5/ Los ataques contra la película no hubiesen sido tan despectivos si Amenábar nos hubiese mostrado a un Cervantes adúltero, que tiene una hija con una mujer casada.  Sin duda, no lo habrían sido. “Son cosas que pasan”, se nos diría con naturalidad.  Gran parte de los ataques -que no de las legítimas discrepancias- contra la película son consecuencia de prejucios sobre la homosexualidad. Triste y preocupante.

6/ ¿Por qué resulta tan ofensivo mostrarnos a Cervantes besándose con un hombre?  ¿Tan inusual sería, en aquel Argel? Más raro me parece a mí mantener que Cervantes fue el autor del apócrifo firmado por Avellaneda. En fin, incluso hay quien afirma que no escribió el Quijote, que fue Vives.

7/Amenábar no mantiene en su película que Cervantes era homosexual,  nos muestra una relación concreta en unas circunstancias  determinadas. ¿Tan raro sería?

8/¿Por qué los indignados más rabiosos no hablan sobre la decisión final de Cervantes en la película? Sencillamente, porque no la han visto.

9/ Opinar y tener criterio no son exactamente lo mismo. Dudo mucho que los “haters”  hayan visto la película, leído la obra cervantina y  y/o una biografía de Cervantes.

10/ Tanto la película de Amenábar como el ensayo de José Manuel Lucía Megías –“Cervantes íntimso. Amor y sexo en los Siglos de Oro (Plaza Janés) son consecuencia de una larga y noble reflexión personal, no son meras ocurrencias. Por supuesto, se puede discrepar de los resultados. Pero el desprecio no es discrepancia. El odio homófobo es delito.

11/ Saber que Cervantes escribió el Quijote no te convierte en erudito. No es aval para esgrimir qué hizo o no hizo el escritor.

12/La burla y el deseo de herir son sentimientos anticervantinos. No es que él nunca cayese en ellos, pero sí comprendió que había un comportamiento superior a los mismos, y esa es una de las lecciones maravillosas de la obra cervantina... y -muy especialmente- del Quijote. También, de la biografía del gran alcalaíno. En eso consiste el humor cervantino, el menos seguido en España y el más incomprendidos por los guardianes de las falsas esencias.

 

 

CAUTIVADOS POR EL CAUTIVO

13 de septiembre, 2025

Horas antes de ver El Cautivo, la nueva película de Amenábar, quedé con un amigo con el que he establecido un café mensual cervantino. Me comentó que dudaba de verla, pues había escuchado en la radio que en el filme Cervantes aparece enamorado de Lope de Vega. Menudo disparate, se dijo.  No creí que apareciese en la película, pero dado que Tarantino se tomó ciertas libertades con la muerte de Hitler, esperé a verla. Nada más salir del cine, le remití un mensaje: “Ve a verla, el disparatado flechazo es bulo”. Irá y estoy convencido de que le gustará mucho. También les recomiendo a ustedes que vayan: es extraordinaria. Lo de Lope habría sido solo un error divertido si no formara parte, por quienes lo han pergeñado, de un acoso y derribo homófobo, que nada tiene que ver con la legítima crítica cinematográfica o con la discrepancia entre cervantófilos, ni siquiera con haber oído campanadas y no saber dónde. Son burlas y patrañas que pretenden desprestigiar. Pero vayamos por partes. Dejemos por ahora  los a los “cautivos del mal”, con permiso del gran Vincente Minnelli.  

Qué gran película de Amenábar y qué cervantino su juego de narraciones superpuestas. Magistral en todos sus aspectos: actores en estado de gracia, una iluminación fascinante que te hace creíble las atmósferas del XVI - un patio argelino, un mercado impregnado de color y que huele a especias, el interior del palacio de Hasán Bazá, las penumbras de las celdas. La música es bellísima, compuesta por Amenábar.  Por favor, no llamemos a esto “bioepic”. Cine con mayúsculas, realizado con ambición artística, pero también de entretener al espectador sin entontecerlo. Cine del presente, sobre el pasado. Cómo se aprecia el sabio asesoramiento filológico y biográfico de José Manuel Lucía Megías, también merecedor de aplauso por su valiente ensayo “Cervantes íntimo. Amor y sexo en los Siglos de Oro” (Plaza y Janés), cuyas páginas dialogan con la película, aunque no coincidan en todos los planteamientos, pues se rigen por leyes diferentes. En lo que sí son coinciden es en los valores éticos que defienden, ambos autores desde una homosexualidad asumida con compromiso.

Toda película sobre un personaje real es necesariamente una síntesis, incluso cuando tiene gran metraje. Amenábar se ha centrado en una de las etapas más enigmáticas del alcalaíno: antes de convertirse en escritor, aunque ya contase oralmente historias: sus cinco años cautivo en Argel, a la espera de que pagasen su rescate. Y sí, en la película se establece una relación homosexual entre Cervantes y  Bazá. Aunque no está probada documentalmente sí hay indicios razonables de que pudo haberla. El director nos habla de una reacción emocional concreta a una situación concreta, una fascinación concreta entre dos hombres concretos.  Y de una elección final. Aquí es donde entra el derecho legítimo a la recreación. ¿O es que Ben-Hur, Napoleón, El Puente sobre el río Kwait o La gran evasión no son grandes recreaciones cinematográficas de hechos históricos?

 Una película debe contarnos aquello que necesita imagen, como la poesía es la plasmación de aquello que no puede ser expresado – no, al menos, del mismo modo-mediante la prosa.

Dos secuencias magistrales, y hay muchas: la lectura de El Lazarillo ante Bazá y la risa irreprimible de su lugarteniente; y el recorrido por las celdas para que los cautivos que quieran hacerlo hagan "renuncio".

Qué gran película del maestro Amenábar. En el siglo XXI, la hipotética relación entre Cervantes y Bazá no debía contarse solo mediante miradas, como Aschenbach miraba a Tadzio, en la bella Muerte en Venecia. Una mayor especificación no resta sutileza, cuando detrás de la cámara hay un gran artista. Amenábar lo es. El Cautivo es de cristal. No hay nada sexualmente escandaloso en lo que se nos muestra, salvó que usted sea de taquicardia heterosexual fácil, claro. 

 Pudo ocurrir tal como se nos cuenta en la película, o no. El cine debe recrear e ir más allá de la historia entendida como fechas y fichas.  Lo cierto es que Cervantes no fue condenado a muerte por sus cuatro intentos fallidos de fuga. ¿Por qué? ¿Solo por su valioso rescate en oro? ¿Solo por qué era un enlace en negociaciones diplomáticas secretas entre Argel y España? ¿Hubo algo más… íntimo? Sea como sea, Cervantes le echó redaños. Y. en efecto, donde la historiografía debe retirarse, por falta de documentos probatorios, la creatividad artística puede imaginar. ¿Acaso la guerra de Troya no fue tan real como inventada?

Es respetable que la película provoque discrepancias, incluso que no te guste su propuesta, también todos tenemos nuestra adaptación cinematográfica preferida del Quijote, pero hay logros objetivos y la película de Amenábar tiene muchos. Es un filme bello, valiente, conmovedor y valiente. Magistralmente dirigido e interpretado.  Además, atraerá lectores a nuestra obra literaria más universal, pero también a la biografía de su autor.

Y sí, resultan alarmantes los ataques homófobos  contra este excelente director “heroico y ejemplar”. Cuánto cautivo del mal, y sin haberla visto. Como sabiamente ironiza José Manuel Lucía: “Y qué si lo fue? ¿Y qué si no lo fue?”.  Vayan a verla. Quedarán -como yo- cautivados por El cautivo.

                                                                                                                                                             

                                                                                                                                                                      Eduardo Aguirre Romero

                

REFLEXIONES

10 septiembre de 2025

                                                                                             Ilustración, Jos Lada.

RISA CON TELARAÑAS

Eduardo Aguirre Romero

El humor cervantino supuso la superación de la risa de la superioridad, como tan bien han estudiado  Isabel Lozano-Renieblas y  Fernando Romo, en Salas Cervantinas. Aportó frescura, reflexión y compasión… pero no erradicó dicha risa de la superioridad; de hecho, admitámoslo, es la predominante. Alfonso Ussía, nieto del gran humorista Múñoz Seca, ha escrito en El Debate el artículo titulado “Cervantes, maricón”, que rebosa bilis; no digo que esta sea especia antihumorística, pero no es cervantina. La ternura humorística es compatible con la crítica, pero no con la mofa que solo busca herir y desprestigiar al atacado. Cervantes, maestro de la ironía, huyo de lo satírico tras tantearlo en Viaje del Parnaso; también prefirieron el humor compasivo Galdós, los hermanos Álvarez Quintero, Mihura o Mingote, entre otros.  Concluí la lectura del artículo de Ussía con un sentimiento de tristeza, y no porque acabase... sino porque quisiera no haberlo leído.         

Su texto es un homófobo ataque a la película El Cautivo, de Amenábar. Y, sobre todo, a este. Aún no ha sido estrenada, pero posiblemente Ussía ni la vea.  “ Se sinceraron, y Cervantes le confesó a Amenábar que de niño, le gustaba jugar a las muñecas”, escribe Por supuesto, el sexo admite -como casi todo- la chispa  cómica, pero en el articulista solo he encontrado la vieja risa de la superioridad -injustificada e injustificable-, en una de sus más obsoletas manifestaciones: la homofobia.  Eso sí, a juzgar por los comentarios, ha conseguido que sus lectores disfruten. Triste logro. Más adelante añade: (…) Amenábar no tenía lugar ni sitio en la pasión de don Miguel, y como le gusta a,mariconar todo lo que toca, le ha tocado el turno a Cervantes porque con Cela no se atrevió. No, no es “La Plasmatoria” (1935), la obra de teatro su abuelo que contenía un gran gag sobre la teoría de Marañón acerca de la homosexualidad -en el armario- de don Juan Tenorio. Escribe el ya octogenanario columnista: "(...) y que siga dedicándose a sus imbecilidades con nuestro dinero. Con el respeto que siempre exige escribir del novio de Cervantes”. ¿"Imbecilidades" una de las carreras más solidas de nuestros país, con prestigio internacional?

Un lector comenta: “En efecto, ya va siendo hora de limpiar un poco”.  Mejor no preguntarle a qué acepción del verbo limpiar se refiere. La discrepancia es legítima, pero esto es solo odio. Risa con telarañas. Qué ocaso mas penoso para un columnista.

 

He tenido ocasión de intercambiar esta mañana unas palabras con José Manuel Lucía, asesor de la película, y autor del excelente ensayo “Cervantes íntimo. Amor y sexo en los Siglos de Oro” (Plaza y Janes). Como académico, su visión es la de un investigador que se ciñe a lo probado: “no hay prueba alguna de la homosexualidad de Cervantes”, aunque él mismo es gay y está comprometido con la defensa de los derechos LGTBI, lo mismo que Amenábar ; pero también es un poeta que admite que la literatura y la narración fílmica se rigen por leyes más libres. No hay incoherencia alguna. Por cierto, el prestigioso director de cine no se ha inventado la hipótesis de un Cervantes homosexual o bisexual, que ya surgió como rumor insidioso en vida del autor y alcanzó nuevo auge en las décadas ochenta y noventa del pasado siglo, pero la utiliza para crear una historia creíble, liberada de la homofobia.  Cuánto se preocupan ahora por el buen nombre del alcalaíno quienes les trae al fresco todo lo referente a él.

Y sí, no hace falta ser un experto en comunicación para percibir que hay quienes están intentado enfrentar las visiones de Amenábar y la de Lucía, cuando no hay tal enfrentamiento. Al contrario.

Ambas, películas y ensayo, son obras independientes como tales pero en armonioso diálogo, reflejo de un pasado pero también  de un presente -el nuestro- en que ciertos logros cívicos-culturales provocan resentimiento.

En fin, ¿alguien se puede extrañar hoy que uno de los más bellos y compasivos cuentos de la literatura universal, El príncipe feliz, fuese escrito por un escritor bisexual, al que se demonizó hasta destruirlo? No más cárceles de Reading, ni siquiera para escribir bellas baladas.

La risa de la superioridad no vuelve, pues nunca se había ido. Pero nos corresponde a cada uno dictaminar con qué nos reímos, pues nos define.